miércoles, noviembre 19, 2025

𝐏𝐮𝐞𝐧𝐭𝐞.

Me gusta encontrarme con sorpresas coloridas cuando me decido a caminar la ciudad.

Me gusta que puentes sobre ríos me aparezcan antes de buscarlos yo.

No sé: hay algo de delicia en ello.

Caminar la ciudad... cuando todavía sabe a pueblo.

miércoles, noviembre 05, 2025

𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐘𝐎𝐑𝐊 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀 𝐋𝐎𝐒 𝐅𝐀𝐋𝐒𝐎𝐒 𝐄𝐌𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑𝐄𝐒


Una ciudad tan increíblemente diversa y compleja como Nueva York —llena de migrantes, de ideologías diversas, de cosmovisiones distintas y de toda tonalidad de piel— no puede gobernarse hoy en día eficazmente bajo un régimen de ultraderecha, como pretendía quien se ostenta como emperador del mundo, un empresario rapaz disfrazado de político, que tiene como diosa a la codicia; ese que gusta de meter sus narices en cualquier parte del planeta, pasándose por el Arco del Triunfo las leyes del Derecho Internacional e intentando violar, con amenazas, aranceles a capricho y acciones militares, la soberanía e independencia que muchos países lograron con tanto esfuerzo conquistar.

La ultraderecha se distingue por su rigidez y su miopía: apuesta por la exclusión de los más vulnerables, la concentración de la riqueza en unas cuantas manos y la marginación de las minorías que, durante décadas o incluso siglos, han luchado por sus derechos.

Por eso celebro el triunfo de Zohran Mamdani como nuevo alcalde de esa metrópoli. Su elección es un mensaje firme contra la intolerancia, el racismo, el clasismo, la homofobia, el machismo, y contra esas élites que, no viéndose más allá del ombligo, carecen de la más mínima empatía mientras a ellas les siga yendo bien.

martes, julio 29, 2025

San Carlos en días inciertos


Una postal tomada en San Carlos, Sonora, cuando el bicho que nos encerró, penetraba la atmósfera y paralizó a todo el mundo.

Algunos negocios quebraban, otros lograron resistir. Tuvimos que despedir con pesar a no pocos de nuestros seres queridos. Nuestras bocas estaban cubiertas de una tela enmascarada; de los besos, ni hablar. Daba la sensación de que el cariño se había vuelto un riesgo.

Afuera, las olas del Golfo de California parecían murmurar más solas de lo habitual. Pocos turistas, pocos bares abiertos y lugares restringidos. Una mezcla de prevención, paranoia e incertidumbre se instalaba en nuestras conciencias.

Desde esas épocas, el mundo no volvió a ser exactamente el mismo.

sábado, julio 19, 2025

 Rock en los pasillos


📸 Una fotografía del periódico El Imparcial de Sonora, México, mi tierra natal, tomada durante mis años de secundaria en el Instituto Vanguardia.
A la izquierda, la maestra Zulema de computación —quien, alborotada, me pedía que la mencionara en el micrófono durante los festivales masivos de la escuela-, donde más de 200 alumnos presenciaban al grupo de rock juvenil comandado por el maestro Francisco Soqui, del cual quien les escribe era el vocalista.
Cuando finalmente la nombraba, ella reafirmaba su orgullo con una sonrisa amplia, mientras una ola de estudiantes chaparritos la vitoreaba con entusiasmo.
A la derecha, el director, dándome la mano, tras ganar un concurso de canto.
Cada festival o fecha especial —como el Día de Muertos, el Día de las Madres, Navidad, etcétera— era un gran pretexto para que los estudiantes saliéramos de las aulas y de la rutina académica, a expresarnos libremente, unidos en un solo y único ritual musical.
Era curioso ver cómo algunos maestros, considerados serios, terminaban bailando desde los pasillos donde contemplaban el espectáculo.
Porque eso era lo que hacíamos Los Minisoquis: un verdadero espectáculo, una fiesta para todas las edades.
En esa fotografía tendría unos 12 o 13 años. Por entonces aún usaba solo mi apellido paterno. Ya tocaba algunos acordes de guitarra, pero la voz siempre fue lo primero.
En el grupo musical cantábamos canciones de Los Creedence, Bon Jovi, Kansas, Enanitos Verdes, Maná, La Maldita Vecindad, Los Apson, Soda Stereo, entre otros.
Éramos chicos, pero sonábamos con fuerza. Como si ya supiéramos que algo en nosotros quería quedarse en el escenario.

jueves, julio 17, 2025

Instantes antes del exilio


Aquella tarde me encontraba a punto de regresar temporalmente a Hermosillo, pues mi madre necesitaba el apoyo de sus seres más cercanos por motivos de salud. Afortunadamente, con el tiempo ha recuperado su bienestar de manera impresionante.

En la fotografía pueden verse algunas cajas llenas de libros y obsequios que confié a distintas personas para que los guardaran el tiempo que fuera necesario. En ese momento, yo desconocía que mi regreso a mi departamento sería por tiempo indefinido, y por eso decidí rentarlo, buscando cierto respiro económico.

Tras pasar unos meses en mi ciudad natal, me mudé por una temporada a Tijuana, Baja California. Esa etapa me permitió estudiar, escribir, cantar y contemplar. Los vientos del Pacífico tienen una calma inversamente proporcional a sus olas bravas. Dato curioso: en Tijuana, jamás escuché rugir el cielo durante las tormentas, por más que lloviera.

Después de esa experiencia, tomé la decisión radical de volar al sur del mundo: a Buenos Aires, Argentina, donde ahora me encuentro.

#HistoriasDeVida #Diarios #buenosaires #Biografia

viernes, mayo 02, 2025

 

Tadzio y el mar

¡Tierra en los ojos, divina riqueza!
Polvo alucinante de los días.

Tadzio, semidesnudo, baña sus rizos dorados en el mar.
El solitario lo mira.
Tadzio se sabe bello,
y las olas riman con su belleza.

 

El humo en la ciudad
En mi breve caminata, subo y bajo elevadores. El portero de la entrada —un hombrecillo en su pequeña caseta, con el rostro enrojecido y ansias de imponer autoridad— me observa. Le doy las buenas noches, con un intento de cordialidad.
A las siete salgo a comprar mis cigarros Chesterfield. Las banquetas húmedas sienten el peso de mis pasos, marcados, casi militares. La calle parece tener memoria. ¡Si pudiera hablar, cuánto contaría de los pasos que ha soportado!
Camino en silencio. Un silencio solitario que me envuelve. El humo comienza a filtrarse en mi piel mientras pienso en aquellas muchachas que observan, fascinadas, cómo un hombre fuma; cómo sostiene el cigarrillo, cómo exhala.
Ah, el erotismo del humo… y ese cielo, tapizado de diminutas estrellas que apenas se dejan ver.

La noche arde. La noche quiere devorarlo todo.